viernes, 30 de marzo de 2012

"A solas conmigo" en Radio Utopía



Apurados se van los meses de verano dejando atrás sus noches calurosas y la temperatura empieza a descender como un manto invisible cubriendo la ciudad. 
Hoy por la mañana sentía como las ventanas se iban despertando y dejaban escuchar las primeras voces del alba. El aroma de los cafés llegaba a mi memoria mientras me decidía a levantarme a pesar de que mi cuerpo reclamaba por unos minutos más de abrigo. Pensaba que si tenía suerte el reloj no marcaría las horas del desayuno.
Pero como dice Sabina, son las seis y nunca de la mañana, así que con la mente desordenada y con todas las blasfemias disponibles en el tintero, inicié el día prometiendo otra vez en vano que esta noche me pondría al recaudo de Morfeo a una hora decente, como aconsejan los manuales de urbanidad con respecto al buen descanso nocturno. Pero a quien engaño, mañana, fiel a los días anteriores, caminaré sonámbulo con los ojos semicerrados, o semiabiertos, como lo prefiera la personalidad del oyente; para buscar la pila de agua no tan bendita, clorada para ser exacto, que con su fría pasividad me devolverá, como ha sido su costumbre, de un bofetón a la realidad. Me limpiará de todo aquello que el cuerpo sabiamente ha eliminado durante la noche, menos de los malos sueños claro está. Bien dicen que no hay como una conciencia limpia para un descanso reparador de cuerpo y alma.
 El programa se acaba y me iré a casa al terminar para mañana en la mañana protagonizar de nuevo el ritual del despertador; como un renacer con su bautizo diario. Sólo espero que esta vez la ducha tenga agua caliente.
Los dejo con esta última canción, Sabina y "Seis de la mañana". Para que vayan tomando nota mental de que al despertar lo mejor es darle un beso a la madrugada con el mejor ánimo que a esa hora se pueda reunir.



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