martes, 27 de marzo de 2012
El día antes del lunes
La luz difuminada de las viejas lámparas urbanas
se marchitaba en los rincones de la calle,
pero no así este resplandor furtivo que se desliza
entre las siluetas de las cortinas
como un espectro de luz
que danza bajo el cielo nocturno.
No puedo sentir su calor,
pero estoy convencido que velará mi sueño mientras
las horas allá fuera se marchen aburridas
y entonces...
Abrupto y violento, más que impertinente,
irrumpirá la sinfonía de un lunes a las seis de la mañana.
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